Congelada en la pupila
se ha quedado la tristeza
negación y orgullo
detienen su caída.
Anudado en la garganta
se ha quedado el adiós
y el susurro de la vuelta
no detiene su paso.
Volaran golondrinas hacia
el frío inexorable del tiempo
cobijaran sus anhelos bajo
los cálidos recuerdos del ayer.
Tras los cristales empañados
cae la oscuridad
ya no vuelven las caricias
a ser las dueñas de la noche.
Oculto tras la bruma
el camino queda ya
mas nunca en la memoria
se desvanecerá.
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