Bendito manto blanco que cubres
las cumbres de mis fantasmas
el mismo que a nuestro amor
cobijo en días de primavera.
Aguas cálidas que bajando van
por tus faldas purificandonos
a los dos.
Envuelveme con tu aroma
que no solo el infierno sino
también la gloria huelen azufre
mi amor.
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