Y siempre en la lluvia vienes a mi
como la gota que aquel día bajaba
por tus mejillas y en tus labios se
posaba para desaparecer empapada
de ganas.
Y humedecida tu alma y la mía
encontraban la melodía al bello
compás de amar.
Dos locos que no esperaban a que
acampara para bajar el arcoiris.
Y aun siempre en la lluvia vienes
a mi como la gota que nunca ha de
acabar de bajar por mis mejillas
y en mis labios llenos de deseo
espera por ti.
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