Mariposas melancólicas
que revoloteando llegan hasta
mi ventana, envueltas en primavera
esparcen su luz por mi otoñal estancia.
Cual ladrón de sueños te llevas los míos
que anclados a tu vera esperan la caricia que
desde la tristeza acunando la esperanza van.
Del canto melancólico alza mi alma un rezo
y pide en tus pupilas volver a despertar.
Eternizado el verso.
Eternizado el amor.
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