viernes, 27 de marzo de 2015

EL DESPERTAR DE LA HUMANIDAD


En la vanidad del mundo yo me desperté una mañana
y vi como mi alma agonizaba.

El fuego devoraba todo lo que a su paso encontraba.

Los llantos desgarraban la inocencia de los que un día 
fueron niños, hoy convertidos en armas humanas.

La vida daba paso a la mutación de seres inacabados,
insaciables, cuyo afán de destrucción segaba la fallida
misión del por qué de la existencia.

Y vi como del cielo descendían nubes armadas que no 
mutilaban el hambre sino mas bien la razón.

Y de tanto despertar, desperté y vi que de mis manos brotaba
la pequeña luz de esperanza que se hacia mas grande a la vez
que era depositada en otras manos. 

Y su luz resplandeciente dio paso a otro sol purificador de la inicua humanidad.

Y vi que otro cielo y otra tierra eran posibles.

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